Existe el
error de creer que el desarrollo del pensamiento lógico y la primera
elaboración de los conceptos matemáticos, empiezan a partir de la etapa de Primaria,
y que el tratamiento que de estos temas se hace en la etapa de Educación
Infantil es lúdico, dedicado a picar, repasar puntitos o llenar de plastilina
los huecos que dejan las grafías numéricas.
Ciertamente este
enfoque puede darse, y de hecho se da en exceso, pero no es el caso de nuestra
escuela. Desde que los niños entran en 3 años el planteamiento matemático que
se hace es serio y con la convicción verdadera de que el mundo matemático en
estas edades está elaborándose, que existe, que los niños piensan y que lo que
el adulto debe hacer es escucharlos, observar cómo se comporta ante los retos
propuestos, ver cómo va consiguiendo los conceptos lógicos y adaptándose a esos
procesos y mecanismos internos de su pensamiento, presentarle actividades
abiertas en las que ellos puedan pensar libremente, hablar de lo que hacen,
intercambiar experiencias, y llegar poco a poco a la interiorización de los
conceptos matemáticos básicos.
Veamos un ejemplo de ello en la clase de Educación Infantil
3 años.
LA PROFESORA LANZA LA SIGUIENTE PROPUESTA
Aunque aparentemente pueda parecer fácil, no lo es. Supone que
los cerebros de los niños pongan en funcionamiento muchas destrezas, como la de
observar, ver en dos dirección espaciales, relacionar, mantener la cantidad,
manejarse en el espacio plano, establecer la relación número-cantidad.
¿Es acertado este planteamiento?
Sí, pues observando cómo los niños se enfrentan a ella y a su resolución nosotras observamos cual es el proceso que su pensamiento sigue para conseguirlo.
Sí, pues observando cómo los niños se enfrentan a ella y a su resolución nosotras observamos cual es el proceso que su pensamiento sigue para conseguirlo.
CONCLUSIONES QUE SACAMOS
- La colocación del panel donde está la propuesta debe estar a la altura adecuada para que la visión de los niños abarque con facilidad todos los ángulos. Ni demasiado alta, ni demasiado baja.
- Algunos niños, bastantes, fallan por el mero hecho de que no saben “mirar” adecuadamente la propuesta, viendo sólo la parte vertical (los números) o la parte horizontal (los dibujos).
- Algunos niños fallan
en la colocación adecuada dentro de las coordenadas.
- Otro fallo es el de retener sólo una de las propuestas, o colocan el símbolo debajo de donde le corresponde, o colocan la cantidad al lado que le corresponde, pero no ambas simultáneamente.
Se reorienta la actividad
- Primero, es necesario que los niños aprendan a ver, que observen el panel en todas sus dimensiones y que verbalicen lo que ven.
- Segundo, el intercambio de opiniones con sus compañeros, les ayuda mucho, piensan mejor juntos, llegan a conclusiones, se ayudan, consiguen mucho mejor el reto. Les dejamos que hablen entre ellos y den sus sugerencias.
- Tercero, permitimos el tanteo, es decir el acierto en uno de los planos ( o bien el de la cantidad, o bien el del símbolo dibujado).
- Cuarto, se les anima constantemente a que lo intenten y se le valoran los logros, nunca decimos mal, simplemente, ¿estás seguro? ¡fíjate bien! ¿qué has hecho? ¿crees que debes cambiarlo?. Increíblemente, esta situación de feedback funciona muchísimas veces y los niños ven su equivocación.
- Quinto, para pensar se necesita tiempo y que los niños además sepan que lo están haciendo, se les dice claramente, piénsalo. Las urgencias no son buenas compañeras a la hora de pensar. A cada niño se le da el tiempo que necesita para resolver la propuesta.
Al final, tras la propuesta
conjunta repetida en grupo tres o cuatro veces, prácticamente toda la clase
consigue resolverlo con éxito y además mecanizarlo ante propuestas semejantes
pero con pequeñas variaciones.
El paso al trabajo personal e
individual ya es posible.
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